viernes, 17 de junio de 2011

Tandil Despierto: La Cofradía del Barro y los Reproches


(Por María E. Argeri *) Hay militancia juvenil y adulta en la mayoría de las fuerzas políticas, pero principalmente en el Frente para la Victoria, fuerza que conduce nuestra presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Teniendo en cuenta este marco y con la finalidad de resguardar a todas las fuerzas políticas sobre las que la República se sostiene y se ejercita la democracia, escribiremos esta nota con la única finalidad de mostrar algunas de las relaciones sociopolíticas que tienen lugar en nuestra ciudad, y que en nada contribuyen a la permanencia, perdurabilidad y democratización de las fuerzas partidarias, sino que, contrariamente, operan para generar divisiones, mantener confrontaciones internas y reinar, utilizando agentes de destrucción que operan como cabecera de puente.


Esto pasa un poco en todas las fuerzas, pero hoy principalmente en el Frente para la Victoria, donde algunos y algunas metidos a militantes - mientras se ponen la camiseta partidaria, gritan “Viva Perón”, la nombran a Cristina y se empujan para salir en la foto con el brazo en alto haciendo la “V” de la Victoria -, trabajan para redes clientelares, montadas y organizadas preferentemente en el pueblo, aunque pueden alcanzar otros niveles institucionales.

Hoy como ayer, donde la ciudadanía se junta y se reúne con la finalidad de encontrar causes y vías para tener una mejor vida -en el marco de las leyes y la justicia, de la justicia social, de la independencia económica y de la soberanía política-, siempre suelen pulular los afiliados de la Cofradía del Barro y los Reproches, para confundir, para distraer y para conducir subrepticiamente, desde las sombras, pero con la camiseta de la fuerza política clavada en el pecho mientras, entre otras cosas, hacen gala de un discurso que no puede alejarse un palmo de los Derechos Humanos.

Esta Cofradía es una institución de intereses, que tiene una vida más o menos formal, más o menos encubierta, más o menos pública; más o menos cohesionada, y cuya finalidad es y ha sido disolver y destruir. En efecto, los Cofrades del Barro y el Reproche son tan antiguos como son antiguas las fuerzas políticas populares. Siempre han trabajado para los poderosos, tanto directa como indirectamente, y en los pueblos y ciudades pequeñas se organizan a partir de cuatro o cinco personajes –casi siempre varones- que controlan o aspiran a controlar la localidad, mediante el uso de diferentes mecanismos, sustentados en la dominación económica y en la creación de redes clientelares subrepticias, que utilizando máscaras –no tan hermosas como la venecianas- van metiéndose en las diferentes organizaciones e instituciones con la finalidad de saber qué sucede allí y de romper o desarmar en todos los caso que los de abajo se estén organizando, sobre todo frente a una contienda electoral que se anticipa victoriosa y con capacidad para mutar el orden establecido por los poderosos en las sombras.

Estas relaciones, generalmente sospechadas pero nunca corroboradas, son las que generan, por ejemplo, conflictos en cadena en localidades de pocos o muchos habitantes. Tienen además la peculiaridad de establecer otras redes personales a nivel provincial y nacional, utilizando diferentes sellos, de unos partidos y de otros, aunque prefieren permear aquellas fuerzas políticas con mayores expectativas de triunfo, para alterar y contaminar los vínculos desde adentro y terminar basculando las alianzas, generalmente hacia el partido opositor. Así ha sido en el pasado remoto, en el ayer próximo y, según parece, en el aquí ahora.

Ahora bien, estos mecanismos tan antiguos en manos de la Cofradía del Barro y los Reproches se adecuan a los tiempos y a las nuevas tecnologías. Por eso, también han invadido las redes sociales de Facebook y Twitter, y desde allí fogonean disolviendo y quebrando.

Siguiendo con esta estrategia, en el día de ayer, algunas personas asociadas a la Cofradía del Barro y los Reproches, utilizando el sello del frente para la Victoria, lanzaron una acusación contra el Portal 21porciento, suponiendo que había sido un acto de censura levantar un mini sondeo de preferencia electoral que estuvo colgado en la página el mismo tiempo que suelen estar colgados otros sondeos. Al posteo del Frente para la Victoria siguieron el de dos militantes que agravaron más la acusación, sosteniendo una de ellas: “cuando las cosas no van como uno quiere es mejor esconder lo que sucede”. Esta apertura de fuego mediático fue respondida por la periodista Tefa Schegtel, quien dio las explicaciones del caso, siendo nuevamente agredida y puesta su palabra en duda.

Más allá de la anécdota desagradable, algo está oliendo mal en el pueblo. Y el mal olor en Tandil surge precisamente de la fuerza política mayoritaria, donde unas y unos militantes pertenecientes a la Cofradía del Barro y el Reproche han ingresado para disolver y para ensuciar por el fango la bandera de la fuerza que dicen representar. Lo que sucedió ayer no fue un debate político, sino la confluencia de varias cuestiones: 1) vapulear al Portal 21porciento porque obviamente está molestando a algunos intereses del pueblo, que seguramente no son partidarios; 2) destruir la imagen positiva de la joven periodista Tefa Schegtel; 3) cancelar cualquier propuesta de pensamiento libre que conduzca al análisis de situación, dejando en evidencia a más de uno, de dos o de tres “dirigentes” y / o “militantes”, al cabo de unos pocos razonamientos encadenados. De este modo, se aleja a las y los militantes reales de una de sus funciones específicas, como es analizar la realidad para ver; ver para discernir; y discernir para decidir y actuar.

Sin duda, nunca hay inocencia cada vez que opera la Cofradía del Barro y el Reproche. No hay inocencia aunque quieran pintarse de zarpados, de temperamentales, o de argento itálicos devenidos en folclore cultural. Por ello, las nuevas redes virtuales les han venido como anillo al dedo. Utilizando una o más identidades colectivas de partidos y de agrupaciones militantes, así como otras múltiples identidades comerciales o personales falsas, van haciendo día a día su trabajo de limado y destrucción en el Facebook.

Nada de lo acontecido ayer fue azaroso. Todo lo que sucedió se inscribió dentro de una lógica de poder, sostenida por redes de dominación y clientelares. Jamás existió el debate político, en las muchas palabras escritas, precisamente porque los Cofrades nunca entran por el camino de lo político, sino por el bombardeo hacia las personas y las instituciones. El debate político es para las y los militantes de verdad. La Cofradía del Barro y el Reproche siempre lo ha obviado y lo obvia: ¡no sea que al juntar cuatro análisis y una síntesis muestren algo más que las hilachas, las marcas en el orillo y la sede de la jefatura de donde provienen las órdenes!

* Doctora en Historia.

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