Una campaña política que parece la No-Campaña se vive en los pagos de la tandilidad. Con excepción de las gigantografías de Miguel Lunghi, ni un solo afiche ni pintada callejera aparecen en el paisaje callejero. De lo que hay, la candidatura de Carlos Mansilla caerá por sí misma ante la borrada de Solá y ni siquiera el legendario candidato eterno Rodolfo Cachella anunció que será de la partida. En el PJ, Raúl Escudero sería otro de los que ya habrían arriado su candidatura.
Nada. O casi nada. Sólo el slogan de Lunghi gobierna en algunas gigantografías esparcidas por la ciudad. Pero hacia adentro de la UCR, la Juventud Radical intenta naturalizar el indigesto sapo que les representa De Narváez. Lo más probable es que a las primarias del 14 de agosto vayan con lista única, puesto que Celeste y Blanco, el espacio del empresario, carece de estructura en Tandil y su principal espada, Mario Bracciale, ya tiene prácticamente cerrado un lugar por demás expectante como candidato a legislador provincial. “Pidieron un quinto lugar en la lista, pero como mucho Lunghi les dará algún cargo en el equipo”, confió una fuente al Portal. Bracciale nunca dispuso de tropa propia y es probable que ni siquiera el espacio alcance a juntar la cantidad de avales y candidatos que se precisan para armar lista.
En el kirchnerismo-peronismo todo es silencio. “Debe ser el único lugar en toda la provincia de Buenos Aires donde no hay una sola pintada”, anunció, no sin asombro, un dirigente peronista. La candidatura deNéstor Yoísmo Auza yace entre la soledad y el silencio de sus competidores que empiezan a dejar de serlo. Por ahora sólo el joven Sebastián Romay, pichón de Jorge San Miguel, sigue plantando bandera. Gargantas cercanas al sector aseguran que ya hubo un aproach diplomático para limar asperezas entre el ex rector y el empresario mutualista Raúl Escudero, quien según las fuentes está más desesperado por bajarse que por seguir enarbolando una candidatura que parece haberse muerto en el sprinter prematuro del afiche shakespereano. Más allá de estas cuestiones, el kirchnerismo-peronismo, a diferencia de lo que ocurre en otros distritos, transita por una suerte de piloto automático y sin estridencias mediáticas.
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