Es inminente el lanzamiento en la Provincia de Buenos Aires de una cuasimoneda equivalente al PatacÓn de 2001. El gobernador Daniel Scioli abandona al kirchnerismo y se recuesta en el peronismo puro; ofreciÓ a Sarghini el Ministerio de Economía.
Producto del desfinanciamiento, la caída de los precios internacionales de la soja, el parate producido durante el conflicto agropecuario, y el disparatado derroche de dineros públicos en una campaña electoral, que para peor fracasó, la única salida posible para el Gobierno que conduce Daniel Scioli, es salir a cubrir el vacío financiero con bonos de circulación masiva, que entre otras cosas, permitan pagar los sueldos estatales que están en riesgo, a partir de Septiembre mismo.
El gobernador, como ya quedó demostrado con la presencia en el gabinete del intendente de Avellaneda "Cacho" Álvarez, ha decidido refugiarse en el peronismo tradicional y en la estructura de poder de la liga de intendentes. En su intimidad, ya está decidido el abandono del kirchnerismo pero, respetando el estilo Scioli, pretende hacerlo de forma gradual e imperceptible.
Sin embargo, la coyuntura económica y las necesidades no respetan los cadenciosos tiempos del motonauta, y para pasar el temporal debió recurrir a un especialista: Jorge Sarghini. Economista de fuste, es el autor de la ingeniería del Patacón original que le permitió a una provincia quebrada, capear la crisis de 2001.
No obstante "el oveja" representa un problema. Como diputado nacional, preside el bloque que a partir de Diciembre encabezará Felipe Solá, es decir, peronismo disidente totalmente anti K.
Desesperado, Scioli superó el temor que le provoca el enfrentamiento con Néstor y envío a uno de sus operadores, Eduardo Camaño, a ofrecer el Ministerio de Economía a Sarghini, para tener a un especialista manejando la crisis.
Por ahora, "el oveja" dijo que no. Fue un acérrimo anti K desde el primer minuto, y no está dispuesto a abandonar ni un ápice esa postura. Exige a Scioli un abierto alejamiento del proyecto K, como requisito para aceptar. No estaría dicha la última palabra, ya que todavía el Gobernador puede buscar una señal que conforme a Sarghini y no lo mande a la guerra total con el gobierno nacional.
Más allá de como termine esta novela, algo es seguro: la provincia va a una crisis financiera fenomenal, va a ser necesario lanzar bonos de circulación masiva que funcionen como cuasimoneda. ¿Qué falta para que otras provincias sigan el ejemplo y el país se inunde de papeles sin valor? Sólo que alguien de el puntapié inicial, y si es Buenos Aires mejor, de ahí al estallido, un tris.
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