Pero como siempre, el diablo y la miopía política se hace presente en los grandes temas que deberían contar con el consenso de los argentinos. Y nos referimos a radicales y ex-procesistas y amigos del PRO que se oponen.
Transcribimos en extenso el comunicado de la UCR, por ser una pieza de antología de lo que no debe hacerse:
En un comunicado de prensa, la UCR sostuvo que "la Argentina necesita una legislación moderna e integral sobre medios de comunicación y sus realidades tecnológicas, pero sobre todo precisa una ley que garantice las libertades de expresión, de opinión y de prensa".
"El escaso respeto por los mecanismos, las herramientas y las instituciones de la República demostrado por el gobierno de la Presidente Cristina Fernández de Kirchner, obliga a reclamar una norma que tutele los derechos de los ciudadanos a expresarse e informarse con pluralidad, independencia y responsabilidad, replicar si fuera necesario, y acceder a la información sobre el manejo de los recursos públicos", advirtió.
Indicó que "de trampas, zancadillas y estafas, el kirchnerismo viene esclareciendo a la Nación desde hace algún tiempo. En especial, después de conocer la opinión mayoritaria expresada en las urnas el pasado 28 de junio, donde el pueblo dijo basta a la manipulación, el abuso y la demagogia mediante el sagrado instrumento del voto".
"El Comité Nacional de la UCR, entonces y ante la presentación de un proyecto de gran envergadura y trascendencia para la Nación, observa que no están dadas las condiciones y las garantías políticas necesarias para un serio tratamiento en el Congreso, con amplio y participativo debate en conjunto de las iniciativas con estado parlamentario", aseveró el pronunciamiento opositor.
Según dijo, "la estrategia de hacer valer una mayoría circunstancial pone en jaque a la democracia, doblegando libertades al mejor estilo chavista, con medios de rodillas replicantes del discurso oficial".
Advirtió que "evitar -como se pretende- la discusión en la Comisión de Libertad de Expresión, presidida por la oposición, dejará al descubierto el temor a la confrontación de ideas de un oficialismo que tiene como único objetivo promulgar una ley contra un ocasional enemigo".
El extenso texto difundido apenas el Gobierno anunció el envío del proyecto al Congreso, agregó que "la comunidad debe garantizarse una norma para su conjunto".
"La sola posibilidad de que enriquezca aún mas a los amigos del poder quienes, en la ideologización simplista de 'nosotros buenos, contra los otros malos', siguen acumulando cifras siderales tanto en oscuros negocios de medios de comunicación como en el juego o en las obras públicas, devela un alto grado de autoritarismo. ¨Hasta cuándo se podrá permitir luchar contra los monopolios conformando otro monopolio?", se preguntó.
Asimismo, advirtió que "el mínimo intento de concentración de cualquier signo -incluso gubernamental- afectando el proceso de consolidación de la democracia merecerá su impugnación".
También sostuvo que "la pretensión autoritaria de acumular poder y presionar con dineros del Estado será -desde ya- rechazada de plano". Por último, manifestó que "la construcción de consensos, en especial para legislación de fondo como es el modelo de comunicación, es fundamental y, en ese sentido, la UCR brega por más democracia con medios y periodismo independientes, honestos, tolerantes y pluralistas".
"El Radicalismo defiende las libertades de prensa, expresión y opinión, pero también a los periodistas y medios de comunicación independientes que en la Argentina entienden que la verdad es el contenido y, a la vez, el continente de las libertades democráticas todas", concluyó el texto.Así están las cosas en la Argentina. Es lo que tenemos. Es difícil imaginar que habrán leído de todo lo que se publicó y discutió a lo largo y ancho de la Argentina, para decir todas estas tonteras juntas. Si la estupidez tendría lugar en la política argentina, seguro que haría de opositores al oficialismo actual.
El viejo Discepolín los acusaría de "otarios"; nosotros de trabajar para los enemigos de esta nueva norma que viene siendo discutida por todos los sectores de las comunicaciones y consensuada con ellos. Salvo el Clarinete y amigos, están todos.
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