Las "vivezas" de los nuevos viejos vizcachas del radicalismo local

Los viejos conservadores-una raza casi extinta en la geografía política argentina-cuando se referían a los radicales decían: "los radicales pueden perder el pelo, pero nunca pierden las mañas". Y esto viene a cuento de la "promocionada" entrevista de nuestro Intendente con el gobernador "a solas". Una meditada operación de prensa bien montada por el Lunghismo se instaló en la Aldea hace ya más de una semana y que se corona con la famosa entrevista este miércoles en la ciudad de las diagonales.
Pero...pero las mentiras tienen patas cortas. La realidad es la única verdad. Acá va la verdad de la milanesa(el portal de noticias Diario Hoy de La Plata así lo refleja en sus páginas):

Scioli e intendentes analizaron políticas sociales El gobernador bonaerense recibió a una decena de jefes comunales. Durante los encuentros, que se dieron por separado, el mandatario provincial también aprovechó para repasar los temas referidos a la seguridad y a la marcha de la gestión de cada distrito.

En primer término, Scioli recibió al jefe comunal de Tandil, Miguel Lunghi, con quien analizó la reconversión de las canteras en la poligonal de ese distrito y se comprometió a encarar con firmeza “una solución al problema”.

Además, remarcó que su gestión tiene la “responsabilidad de cuidar el recurso natural y turístico de la sierra para evitar la alteración de sus paisajes y el daño sobre su flora y su fauna”.

Luego, el gobernador abordó situaciones distritales sobre problemáticas de pobreza, seguridad e infraestructura con los intendentes Mario Secco (Ensenada); Gustavo Arrieta (Cañuelas); Daniel
Di Sabattino (San Vicente); Aníbal Regueiro (Presidente Perón); Gustavo Sobrero (Lobos); Fernando Carballo (Magdalena); Enrique Slezack (Berisso) y Francisco Gutiérrez (Quilmes).

Por último, Scioli se reunió con Fernando Gray, jefe comunal de Esteban Echeverría, con quien trató diferentes temas relacionados a la gestión municipal en ese distrito.

Scioli estuvo acompañado por los ministros Eduardo Camaño (Gobierno) y Martín Ferré (Producción); el secretario General de la Gobernación, José Scioli; el director provincial de Minería, Sebastián Pené; y el senador provincial, Néstor Auza.(fuente: Diario Hoy )

Lo grave del asunto es que los medios de comunicación locales se comieron la masita. Eso es lo que creemos los que observamos la realidad local desde el morisco del Parque Independencia. Pero como en la famosa historieta de Paturuzito, se nos presenta el tío Isidoro en sus dos variantes: la buena y la mala. Y la mala nos susurra que "¿se habrán comido la masita o responden los escribas del oficialismo que hacen de periodistas a la estrategia comunicacional del gobierno municipal ?". Le dejamos a los lectores que saquen sus propias conclusiones.

Otra historia dentro de la zaga que el lunghismo ha escrito-y quien sabe cuantas más se escribiran- en los últimos cinco años y medio de gobierno en la ciudad. De la nueva generación que con visión de futuro nos trajo el Intendente a la política local, nos vamos desayunando que son como aquel film de Leonardo Favio: Jovenes Viejos. Todos los viejos vicios de la partidocracia decadente de principios de los cuarenta del siglo pasado, están presente en este grupo político que se ha encaramado en el poder local. Lamentable. Se ha hablado tanto de los peronistas que nos parecen que no alcanzan a ser "bebes de pecho" ante la corruptela política de esta generación joven que se incorpora a la cosa pública con los peores manuales del siglo pasado. Al final Borges se equivocó cuando pontificó que los peronistas son incorregibles. Parece que se olvido de mirar a los otros sectores políticos que conviven en el mapa de la Argentina contemporanea.

Recuerdo de mis lecturas preferidas aquella frase de Don Hipólito Irigoyen que ponia a la moral como requisito esencial para ejercer la función pública. Pero eso es historia y hoy los tiempos posmodernos pareciera que no permiten a estos tandilenses acordarse de los grandes conductores del siglo XX. ¡ qué vachache, viejo Discepolín !