El rumor de la calle llegó a los medios, ver acá, peligra la existencia del tradicional espacio verde que administra el Club de Pesca, sobre la Avda Saveedra Lamas, y que junto al Club Náutico y las canchas de tenis conforman la ribera dada en comodato a instituciones civiles por los gobiernos municipales, desde que se formó el espejo de agua. La Voz de Tandil y la AM 1560 han puesto sobre el tapete las intenciones-poco clara- del municipio para intervenir en el tradicional y único lugar que queda a las familias tandilenses que quieren ir a disfrutar un fin de semana, con asado incluído, a la zona del Lago del Fuerte. El famoso Tandil Soñado del lunghismo bajo la consigna "puesta en valor" de los paseos públicos, arrasó con todos las parrillas que durante tantos años fueron usadas y disfrutadas por los tandilenses y turistas en la zona del Dique; primero ampliandole la concesión de las piletas al amigo radical que las administra, luego eliminando lisa y llanamente el resto de parrillas que estaban a la vera de la calle del Polideportivo. Resultado de todo esto: un paseo para turistas que almuerzan y cenan en restaurantes, nada para los tandilenses que tradicionalmente se instalaban los fines de semana a comerse un asadito en las parrillas de los piletones y adyacencias. Llegó el futuro y los pobres que se las arreglen donde puedan; esto ya es patrimonio de aerobistas, turistas de pique y clientes del Balneario del Sol, resguardados del humo del asadito que tanto le molestaba a los amigos radicales que concesionan el predio donde funcionan las piletas municipales.
Ahora parece que como los golosos compulsivos, ya no les alcanza con lo que se devoraron, sino que quieren más: el predio del Club de Pesca. La gula es uno de los siete pecados que la humanidad trae a la rastra desde sus orígenes; estos golosos no podían ser menos y hoy quieren toda la torta para ellos. Un día se atragantaran, pero para los vecinos de Tandil, será tarde...
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