Este viernes a las 20.30 en el auditorio Alfa del Centro Cultural Universitario se llevará a cabo un acto organizado por la dirigencia del club Santamarina.
Se entregarán diplomas recordatorios a modo de homenaje a antiguos dirigentes y deportistas y se anunciará oficialmente la aprobación judicial para la recuperación del nombre de Club y Biblioteca Ramón Santamarina.
Precisamente, el lema de esta reunión es “por la identidad aurinegra, hacia el centenario. La historia continúa. Ya somos nuevamente Ramón Santamarina”.
Y está bien. Porque Santamarina siempre está. Ahora vuelve Ramón, que seguramente irá por mucho más.
Ahí está, a la vista de todos, el resultado de un trabajo que no se realizó con las manos, sino con el corazón.
Don Raúl Manera, el último presidente de Ramón Santamarina, fue un batallador incansable en pos de esa recuperación. Y otro Raúl -Escudero-, un aurinegro del lindo pago de Azucena, como presidente de la institución “provisoria”, concretó la jugada. El resto de la gente acompañó, cada cual en lo suyo. Habría que investigar si hay otros casos en el país similares. Porque aquí, tras la quiebra fraudulenta, se trabajó para mantener la historia, la memoria, la identidad. Y eso tiene una importancia que va más allá de lo material. Que no todos ven. Manera lo vio. Escudero lo vio. Y Ramón vuelve.
Ramón. Denominación fuerte si las hay. Fuerte como el viento que siempre sopla. Fuerte como el sol, que ahora iluminará más amarillo que nunca.
Aseguran los directivos y allegados que ha llegado más que nunca la hora de sumar voluntades. Rumbo al centenario, que será en el año 2013. Que no es poca cosa, sin duda (Por Néstor Dipaola).
Precisamente, el lema de esta reunión es “por la identidad aurinegra, hacia el centenario. La historia continúa. Ya somos nuevamente Ramón Santamarina”.
Y está bien. Porque Santamarina siempre está. Ahora vuelve Ramón, que seguramente irá por mucho más.
Ahí está, a la vista de todos, el resultado de un trabajo que no se realizó con las manos, sino con el corazón.
Don Raúl Manera, el último presidente de Ramón Santamarina, fue un batallador incansable en pos de esa recuperación. Y otro Raúl -Escudero-, un aurinegro del lindo pago de Azucena, como presidente de la institución “provisoria”, concretó la jugada. El resto de la gente acompañó, cada cual en lo suyo. Habría que investigar si hay otros casos en el país similares. Porque aquí, tras la quiebra fraudulenta, se trabajó para mantener la historia, la memoria, la identidad. Y eso tiene una importancia que va más allá de lo material. Que no todos ven. Manera lo vio. Escudero lo vio. Y Ramón vuelve.
Ramón. Denominación fuerte si las hay. Fuerte como el viento que siempre sopla. Fuerte como el sol, que ahora iluminará más amarillo que nunca.
Aseguran los directivos y allegados que ha llegado más que nunca la hora de sumar voluntades. Rumbo al centenario, que será en el año 2013. Que no es poca cosa, sin duda (Por Néstor Dipaola).
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