La otra forma de hacer política

por Ricardo Berdiñas

Luego de un año de una lucha estéril, ya que la soja bajó estrepitosamente, los productores agropecuarios están buscando la manera de voltear este gobierno. "De cualquier manera" como dijo alguien en la reunión de la rutas 3 y 226 en el cual el intendente estaba parado en el palco compartiendo mientras se cortaban ruta hecho que condenó pero que avaló con su presencia.

Una lucha larga dijeron muchos productores, en donde la sociedad debe tomar conciencia, aunque a la hora de los reclamos justos ellos no se juegan ni se han jugado históricamente por nadie. Pero lo peor es que está resquebrajándose el abanico de acompañamiento al sector, ya que la Federación Agraria, (la de Bussi) no acompañaría a De Angeli con la protesta fijada para el diez de diciembre.

Por otro lado, en nuestra ciudad, los ánimos están exacerbados ya que muchos de los productores siguen detrás de quienes luchan denodadamente en contra del gobierno y en este sentido nadie quiere dar un paso atrás.

Muchas voces se escuchan dando soluciones, pero otros sectores, directamente plantean la posibilidad de que la cosa termine acá con la dimisión de un gobierno que no tiene la menor intención de hacerlo.

El campo hoy se encuentra en una disyuntiva que ellos mismos generaron, pagan mayores retenciones que si hubieran firmado la resolución 125, y esto no es solo falta de previsión, sino que con las ganas de volver al poder (ya no a través de los militares) sino a través de candidatos de la derecha como el PRO hizo que sus estrategias fueran diluyéndose con los días hasta terminar en algo con poca fuerza y perdiendo casi todo el espacio que se podría haber ganado por medio del diálogo.

Hoy el país sufre una recesión que no buscó, ni generó, sino los avatares de las políticas erráticas de los poderosos países (espejo de los productores) EEUU, Inglaterra, Francia y otros, están en baja y en caída libre y eso afecta nuestra economía que de no haber sido lo sólida que es, nos hubiera desarmado. Es preciso que el campo se ponga a trabajar con reglas ajustadas a una economía dirigista, para evitar que los mercados que siempre defendieron y les dieron ganancias exorbitantes, hoy casi no existen.