Como el Observador no quiere herir susceptibilidades poniendo en boca ajena dichos y comentarios escuchados en la noche del viernes, todo lo que se diga en este post, corre "a cuenta y riesgo" del apuntador del blog.
Dos cosas queremos resaltar: una, el espíritu de camaradería y voluntad de trabajar en defensa y profundización del modelo que lleva adelante la presidente de la Nación y una buena voluntad en limar asperezas y arribar a buen puerto-en la medida que algunos actores se avengan al diálogo serio y sin agachadas-en la conformación de la propuesta electoral de cara a las urnas en este 2011. Otro punto que merece ser tenido en cuenta por aquellos referentes y dirigentes que quieren encabezar la contienda electoral es que no hay posibilidades de triunfo sin un justicialismo unido en acuerdos transparentes y respetando aquella vieja verdad "que nadie se sienta más ni menos que otro compañero".
El escenario preelectoral nos está indicando que hay un humor social que no quiere dirigentes eternizados en los cargos ejecutivos-ej.Catamarca-ni soberbias encaramadas en el ejercicio del poder-ej.Chubut-. Hay una señal temprana en este comienzo del 2011. Tandil no escapará del marco nacional.
Los dirigentes del justicialismo local están ante el gran desafío de trabajar con grandeza en un proyecto que apueste a poner la ciudad en la senda del crecimiento de la Nación, superando el estancamiento en que ha entrado el lunghismo y que nos atrasará en los próximos años en caso que sigan en el poder comunal, o se desangrará en una lucha entre facciones por ocupar los primeros lugares en la lista de concejales que de antemano los convertirá en perdedores. Ese es el desafio de la hora política para todos los que militan en el campo nacional y popular. El Observador, que desde la cima del Parque Independencia, mira y analiza, sufre y goza los avatares de ese movimiento popular que cambió para siempre la Argentina, espera que la inteligencia-que no respeta títulos sino trayectorias-de los dirigentes del FPV y el PJ en un acto de realidad se decidan a volar como el Cóndor y no se arrastren como los gorriones entre los pajonales de las miserabilidades de la politiquería domestica. ¿ Queda claro no ?
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