Guste o no, Kirchner hace política. Incluso, por estas horas, parece el único dirigente que hace política. Acaba de perder una elección y el 70 por ciento de los argentinos rechazó su forma de conducir el país. Son datos de la realidad que lo ubicaron en una situación previsible: es un ser en estado de necesidad de triunfos políticos. Como no hay elecciones cercanas, le urge ganar batallas para demostrar su vigencia. Necesita que todo crean que el lugar donde se entrelaza esa red última de decisiones, que se entiende como poder, sigue siendo el suyo.(leer más...)
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