Leemos en La Voz de Tandil y en el ABCHOY: Una serie de reclamos-de los tantos que hacen los usuarios del transporte público de pasajeros por el servicio del mismo- que podemos sintetizar en "la falta de boleto estudiantil secundario; exceso de pasajeros para la capacidad de cada unidad;poca frecuencia en horas pico; carencia de puntualidad y flexibilidad de horarios". Hasta aqui nos pareció una noticia normal y razonable, que tendría un tratamiento y discusión entre partes-concejales, usuarios y transportistas- en el seno de la Comisión de Transportes del HCD. Punto.
Pero, cuando continuamos leyendo la nota nos encontramos con estos dichos de la Presidente de la Comisión:"veniamos manteniendo conversaciones sobre el tema con los representantes (¿ SIC?) de la Escuela Granja en el Concejo de los Jóvenes y con el Director del establecimiento, pero se ve que el diablo metió la cola para desvirtuar el asunto". Sorprendentes afirmaciones de la Concejala(*) para un lector despistado o poco informado, pero para El Observador, que mira el asunto desde el Morisco del Parque Independencia, nada que diga o haga la susodicha le parece extraño o sorprendente. Ya en la discusión del último aumento del boleto plano del transporte, la histeria y locura que mostraron, no solo la nombrada sino el bloque lunghista, hace que situaciones de esta naturaleza se repitan por asuntos de menor cuantía-por la cantidad de usuarios afectados- en nuestro querido y bien amado HCD. En esa oportunidad- verano de 2008- acusaron gratuitamente al director de una escuela media del pueblo de ser el instigador de las "legitimas y bullangueras protestas de un grupo de jovenes universitarios" que se apersonaron a la sesión de marras para tal fin. No solo eso, sino que a través de una nota firmada por nueve concejales se quejaron y "lamieron" sus heridas de esa noche ante la inspectora del susodicho director. Tema que por supuesto fue tomado como corresponde: una chirinada por parte de noveles e imberbes concejales recien asumidos (aunque habia algunos veteranos). En fin, pareciera que cuesta mucho el aprendizaje de las cosas buenas. No así de los viejos vicios de la política. Que se aprenden rapido y con entusiasta vocación de reiterarlas en la función legislativa. Es lo que tenemos, dicen los jovenes. Lamentablemente para la ciudad.
(*) Haciendo declaración de igualdad de género tomamos el término con el primer significado que le atribuye nuestro Diccionario RAE y no con el punto 2. f. Mujer del concejal. ( redacción que creemos ya debe haberse corregido en las nuevas ediciones del RAE)
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