El negocio de las excepciones
Existe un plan de ordenamiento que esta gestión aprobó y la provincia refrendó. Pero el propio oficialismo no lo cumple. El plan de manejo de la zona serrana que debía estar en 500 días, se va pateando año a año favoreciendo (tal como lo advirtiera la Multisectorial en el 2005) esa zona gris donde el negocio inmobiliario se apura a avanzar para lucrar con los hechos consumados. Dijeron que no se puede construir sobre las Sierras, pero numerosas construcciones están proliferando, se venden calles a particulares y se cierra el paso a los caminates. Es exactamente lo contrario de lo expresado en el plan de ordenamiento y en la ley de paisaje protegido. No es casual que la reglamentación de ambos instrumentos se demore. Mientras tanto, se avanza de hecho y luego se blanquea con incorporaciones o excepciones. Pero todavía puede ser más grave: si el proyecto de convenios urbanísticos se aprueba, cuando las reglamentaciones lleguen tampoco serán obstáculos para el negocio inmobiliario, ya que facilitará el otorgamiento de excepciones. El apuro en aprobar el proyecto de convenios urbanísticos es una forma de garantizar a los inversores privados que se le “buscará la vuelta” para que puedan hacer lo que no está permitido actualmente. Si el proyecto oficial se aprueba podrán presentar su proyecto en la Sria de Obras Pública, cerrar un acuerdo con una pequeña comisión del ejecutivo, pasarlo raudamente por la comisión de gestión territorial vigente según el plan de ordenamiento (no vinculante) y luego al Concejo Deliberante, donde tienen mayoría asegurada. (Seguramente habrá muchos proyectos que se apuraran para conseguir la aprobación antes de que cambie esta situación…). Y la población se enterará cuando el acto esté consumado. El uso aprobado por excepción implicará multiplicar la rentabilidad y la valorización inmobiliaria. El argumento oficial es que, mediante la “plusvalia” o “participación en renta urbana” se podrá recaudar. Esto encubre varias falacias, entre otras, a) lo que se recauda siempre será incomparable con lo que pierde la ciudad por otorgar la excepción, b) el instrumento que debería servir a aumentar la equidad está siendo usado para profundizar la inequidad, ya que la ciudad y la mayoría de la población son expropiadas de ambiente, paisaje y calidad de vida y a la vez serán obligadas a afrontar los costos presentes y futuros por la degradación de la cuenca hídrica y porque a unos ciudadanos se les permite lo que a otros se les niega c) No es la única manera de recaudar, hay formas genuinas de hacerlo para cumplir adecuadamente con las funciones del estado. Recaudar permitiendo excepciones se parece mucho a cobrar por hacer la vista gorda, pero además, es peor, porque otorga cobertura legal a acciones que transgreden la norma general. El plan de ordenamiento territorial vigente restringe la construcción sobre las Sierras entre otras razones, para proteger la cuenca hídrica del partido y la región. Quienes aprueben un convenio urbanístico que permita construir sobre las mismas estará cambiando la salud del agua, el ambiente, y la población por cuatro monedas. Y también estarán empobreciendo la democracia, discriminando a la población entre los que están obligados a cumplir el plan de ordenamiento y los que no. La ciudad no es propiedad de los gobernantes. No fueron elegidos para decir este grupo tiene que cumplir con la ley y este no. En las Sierras no se debe construir. Es hipotecar la ciudad, poner en juego las fuentes del agua y privatizar el paisaje y el ambiente. Y es doblemente malo porque se está haciendo en función de la desigualdad ante la ley. La planificación del crecimiento de la ciudad, cuidando su patrimonio natural, evitando la degradación del ambiente y el respeto a la igualdad ante la ley son aspectos imprescindibles de un genuino desarrollo. Y no son opcionales, ya que constituyen deberes de los funcionarios públicos
Asamblea Ciudadana en defensa de las Sierras de Tandil
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