lunes, 22 de marzo de 2010

Adelantamos nuestro recuerdo del fatídico 24 de marzo de 1976


Hoy es un día gris para la mayoría de los argentinos. Se conmemora la última dictadura militar, la más sanguinaria de todas.


Se rememora el terrorismo de Estado que significó el asesinato de miles de ciudadanos. Se recuerda la violación sistemática de los derechos humanos que dejó heridas imborrables en la sociedad.

Se recuerdan cosas a las cuales ya no se quieren volver...represión, persecución, muertes. Se revive parte de la historia que muchos pretenden borrar, pero se rescata historia que no se debe olvidar.

Memoria y justicia para la sociedad argentina, victima de los grupos de poder que se enseñorearon con impugnidad sobre vida y obra de los ciudadanos comunes. Esos hombres y mujeres que todos los días laboran para mantener una familia, un familiar, un enfermo.

Hoy, a 34 años de aquella hora negra en la historia contemporanea argentina, los justicialistas adherimos a los actos que las organizaciones de derechos humanos organizan para “recordar y no olvidar” el 24 de marzo de 1976.

Dejamos, para que los que lean estas palabras del poeta y escritor Juan Gelman, la oportunidad de hacer un lugar en su corazón para la memoria de aquellos que pagaron con su vida, por la simple razón de pensar y actuar de acuerdo a sus íntimas convicciones personales.

En 1995, Juan Gelman, escribe una carta a su nieta desaparecida. En ella expresa el dolor de un abuelo por la desdicha sufrida: “ Ahora tenés casi la edad de tus padres cuando los mataron y pronto serás mayor que ellos. Ellos se quedaron en los 20 años para siempre. Soñaban mucho con vos y con un mundo más habitable para vos. Me gustaría hablarte de ellos y que me hables de vos. Para reconocer en vos a mi hijo y para que reconozcas en mí lo que de tu padre tengo: los dos somos huérfanos de él. Para reparar de algún modo ese corte brutal o silencio que en la carne de la familia perpetró la dictadura militar. Para darte tu historia, no para apartarte de lo que no te quieras apartar. Ya sos grande, dije.

Los sueños de Marcelo y Claudia no se han cumplido todavía. Menos vos, que naciste y estás quién sabe dónde ni con quién. Tal vez tengas los ojos verdegrises de mi hijo o los ojos color castaño de su mujer, que poseían un brillo especial y tierno y pícaro. Quién sabe como serás si sos varón. Quién sabe cómo serás si sos mujer. A lo mejor podés salir de ese misterio para entrar en otro: el del encuentro con un abuelo que te espera.”

Partido Justicialista Tandil

Secretaria de Cultura, prensa y propaganda


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