Cuando mencionamos al Proyecto Nacional nos referimos al recorrido y al debate que gestamos como pueblo alrededor de un modelo de desarrollo que anhelamos. Para muchos de nosotros, ese modelo supone la concreción de ideales de inclusión y justicia social, así como el reconocimiento de América Latina como Patria.
Muchos argentinos han comprendido este mensaje a pesar de la firme decisión de grupos económicos empecinados en menospreciarlo. Como hacía mucho tiempo, el proyecto dividió aguas ideológicas, y en una vereda quedaron aquellos que creen que la economía la gesta la "buena gente" (que supo hacer fortuna) a pesar de la "mala gente" (los pobres que son pobres porque quieren, porque en este país no trabaja el que no quiere, los que no tienen plata para la leche pero sí para tomar vino, los que en las villas tienen televisión, a los que se suman los menores delincuentes, los piqueteros y las presidentas de bancos centrales demasiado inteligentes, entre otros grupos a los cuales temer en este nuevo tiempo).
Este debate se ha instalado en cada familia, en los lugares de trabajo, en la calle. En esos ámbitos, muchos ciudadanos y militantes se han propuesto defender lo conquistado, aún cuando puedan tener diferencias de forma y de fondo con el gobierno.
¿Por qué no abrigar la esperanza de que esta defensa se despliegue como organización activa y novedosa, para sorpresa de propios y extraños?
No hay comentarios:
Publicar un comentario