martes, 21 de octubre de 2008

El PJ y los exabruptos






LEALTAD: Por estos días de octubre, el justicialismo suele ocupar espacios en los que, de manera habitual, se habla de lealtades. El 17 de octubre, el día de la lealtad. Cuando se comienza a hurguetear o a profundizar para tratar de entender de qué se está hablando, surge más de una complicación. Y más de una traición, claro. El peronismo arrastra una larguísima historia de deslealtades, como tantos otros sectores políticos. En la semana que finalizó se produjeron algunos hechos que tuvieron que ver, en el orden nacional, con este tema. El premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel acusó al Gobierno nacional de “violar sistemáticamente los derechos humanos” y de ser “igual al menemismo” al poner en práctica una “política neoliberal a ultranza”. Le escribió una carta abierta a la presidenta Cristina Fernández: “Anunciás con gran publicidad que el Gobierno ha decidido el pago de la deuda externa, al Club de París, deuda que bien sabés es inmoral, injusta e ilegítima. Néstor Kirchner, a quien bien conocés, decidió pagar al FMI y la situación del país no ha mejorado, por el contrario ha transferido dinero del pueblo sin ninguna consulta y ha aumentado la pobreza, el desempleo, el analfabetismo”. Por su parte, Hilda “Chiche” Duhalde descargó una de las críticas más duras, avaladas por su esposo Eduardo Duhalde, horas después, siempre refiriéndose a la lealtad: “Que Kirchner festeje el Día de la Lealtad es como si (Sergio) Schoklender festejara el Día de la Madre". Comparó así al ex presidente con quien fuera sentenciado a prisión por asesinar a sus propios padres en mayo de 1981.

EXABRUPTOS: así fue calificada también aquella pieza oratoria del ahora Ministro de Justicia, Alberto Fernández cuando, desde Saladillo, recomendó “meterse la marcha peronista en el culo”, en otro momento histórico de la relación entre el kirchnerismo y el pejotismo. Lo expresado por Adolfo Pérez Esquivel se suma al vocinglerío opositor sin fundamentaciones, haciendo comparaciones que, muy difícilmente, puedan sortear el tamiz de la historia reciente. Lo de “Chiche” puede analizarse desde dos facetas. Una, la de la “bajeza” intelectual, la grosería y la chabacanería. La senadora nacional ha sabido utilizar giros verbales más felices y esta frase “dictada” seguramente por algún acelerado asesor, puede inscribirse en una larga lista, junto a otras tantas de oficialistas y opositores que creen que la descalificación personal y el ingreso en el “barro” conceptual pueden quedar bien o sumar apoyos. El otro tema descuidado por la Legisladora es el del profundo desconocimiento del hecho que trató de transmitir en su burda comparación. La mayoría de los jóvenes que hoy tienen 25 años no conocen la trágica historia de la familia Schoklender por lo que muchos no saben o preguntaron por estas horas a qué se refirió la esposa del ex gobernador bonaerense en el acto del último 17 de octubre. Para aquellos desprevenidos o desconocedores, vale historiar un tema que, desde un escenario político, fue lanzado al aire mediático como una frase feliz, sin medir absolutamente nada.

EL ASESINATO DEL MATRIMONIO SCHOKLENDER | MAYO DE 1981: Los diarios de esa época y los que luego comentaron el hecho indican que “la historia empieza como si fuera una escena pensada por Quentin Tarantino para su película Tiempos violentos: el portero de un edificio descubre que, desde el baúl de un auto estacionado sobre una avenida, un hilo de sangre gotea sobre el asfalto. Entonces llega la Policía y encuentra, en dos bolsas de nailon, los cadáveres de una pareja. No se trató de una ficción: el hecho ocurrió en la tarde del 3 de junio de 1981; el auto era un Dodge Polara estacionado en la avenida Coronel Díaz al 2500, en Buenos Aires, y los cadáveres eran el ingeniero Mauricio Schoklender y su esposa Cristina Silva. Semejante hallazgo, en pleno Barrio Norte -una zona de buen nivel- conmovió a los argentinos. Eran tiempos de dictadura militar y ese hecho sangriento alteraba la paz de los cementerios impuesta por el terrorismo de Estado, que no sólo había terminado con la guerrilla sino con cualquier intento de resistencia a su autoritarismo. Después de un proceso en donde las dudas no estuvieron ausentes, la Justicia determinó que los autores del crimen habían sido Sergio y Pablo Schoklender, los hijos varones de la pareja. Y aunque ellos después negaron su responsabilidad, para la Justicia todo se desarrolló el 30 de mayo de 1981, luego de que el matrimonio, junto con sus hijos Sergio, Pablo y Valeria, volvieran de festejar el cumpleaños 23 del hijo mayor de los Schoklender. Ya en el departamento donde vivían (en 3 de Febrero 1840, del barrio de Belgrano), el ingeniero y su hija se fueron a dormir. Después lo haría Cristina Silva quien, dicen, había tomado mucho. Para entonces, sus problemas con el alcohol eran algo serio. Según la investigación judicial, Pablo odiaba a su madre porque ella, entre otras cosas, le había hecho propuestas incestuosas. Los demonios se soltarían ya entrada la madrugada. Los investigadores dijeron que Pablo despertó a su hermano y empezaron a discutir sobre la posibilidad de matar a sus padres. También dicen que la madre escuchó las voces, se levantó y fue hasta la cocina. Allí fue cuando Pablo la golpeó en la cabeza con una barra de hierro y Sergio la remató estrangulándola con una soga. Al padre, lo mataron en la cama, también con el hierro y la soga. El hallazgo llegaría con la escena del auto goteando sangre. En ese momento, Sergio ya le había pedido 5000 dólares prestados a un amigo de su padre y, junto a Pablo, habían buscado refugio en Mar del Plata. Pero la Policía los tenía en la mira. Al mayor lo detuvieron en la localidad de Cobo, cerca de Mar del Plata; Pablo había llegado un poco más lejos: lo capturaron en Ranchillos, Tucumán. Desde la noche negra del crimen apenas habían pasado cinco días. La primera versión de Sergio buscó proteger a Pablo y el mayor de los Schoklender cargó sobre sus espaldas toda la culpa. Pero cuando ya estaba en la cárcel, contó otra versión: Mi padre se dedicaba al tráfico de armas y el crimen lo cometió un comando. Su hermano apoyó esta teoría. Pero la primera versión pareció tener más peso y, el 12 de marzo de 1985, la jueza Martha Lopardo condenó a Sergio a prisión perpetua y absolvió a Pablo, que quedó libre. Sin embargo, la falta de mérito para el menor de los hermanos duraría un poco más de un año: el 7 de abril de 1986, la Cámara de Apelaciones cambió la absolución por perpetua y pidió su captura. Lo detuvieron recién el 14 de mayo de 1994 en Bolivia. Su nuevo nombre era Jorge Velásquez, un comerciante argentino radicado en Santa Cruz de la Sierra. Se había casado y, aunque en ese momento estaba separado, tenía una hija. La pista para su detención llegó porque había emitido un cheque sin fondos y estaba preso. Apenas lo liberaron, Interpol lo detuvo: volvía a ser Pablo Schoklender. Pablo todavía sigue en la cárcel, cumpliendo su condena. Sergio, en cambio, después de pasar 14 años preso salió en libertad condicional el 28 de noviembre de 1995: lo benefició la aplicación de una ley que computa como dobles los años en que estuvo detenido y sin condena. En la cárcel, Sergio estudió Derecho y Psicología; sus títulos de abogado y psicólogo son hoy dos de sus orgullos. Pero se niega a hablar del crimen por el que lo condenaron. ´De eso sólo hablaré cuando Pablo pueda salir´, suele decir, como queriendo sepultar aquella pesadilla.

DE AQUÍ NOMÁS: estos temas se conversaban el viernes en la Casa de la Cultura, en oportunidad de inaugurarse la muestra fotográfica de Antonio Pérez, que convivió en la Casa de Gobierno durante la época en la que el peronismo fue gobierno. Una exposición que recorre pasajes de nuestra historia y en la que no falta ningún dirigente político de aquella etapa. Allí, en ese ámbito, hicieron uso de la palabra, Beatriz Puccitelli, Ricardo Lissalde y Carlos Gorosito. Confraternidad, saludos y abrazos. En el caso de la ex senadora, deslizó un llamado a la unidad, la misma postura que sostiene en la desatada interna del PJ en el orden local. Para el sábado fueron convocadas dos asambleas, una en los altos del Club Colegiales, la del grupo de trabajo de Lissalde. En la Unidad Básica justicialista, cerca de un centenar de militantes del oficialismo, con las presencias de Puccitelli y Walter Abarca. Más allá de las duras declaraciones del secretario presidencial sobre aquello de que “no hay que repetir payasadas del pasado” y su confrontación con el Senador provincial, Beatriz Puccitelli siguió hablando de la búsqueda de consensos. Quizás, la presencia más sorpresiva en el lugar fue la del doctor Asencio Dolce que, en su momento, mantuvo fuertes disidencias con la conducción local del PRO. Luego de ese cónclave y a partir de dichos del secretario del Partido Justicialista local se mantuvo la postura, dejando claramente definido que la posición “del justicialismo saladillense es la de llevar adelante una lista de unidad y consenso para las próximas elecciones de autoridades partidarias, convocando hasta último momento a todos los sectores políticos y sociales que tengan voluntad y real convicción de unidad con una estrategia programática, priorizando el escenario local como alternativa de gobierno”.(La Sintesis de Saladillo )

1 comentario:

Ing Jose Joaquin Loayza Navarrete dijo...

Distinguidos Miembros del Congresillo o Asamblea Nacional, señor Presidente del Ecuador Rafael Correa, ministros jueces, fiscal general y demás autoridades. Me permito enviarles una sugerencia de Ley para proteger a los niños que son obligados a trabajar a pesar de que la Constitución y las Leyes los prohíben. Espero consideren mi propuesta y hagan las correcciones pertinentes a fin de que surjan leyes más justas dentro del marco legal.
Señor Presidente Correa hay una expresión que usted usó en el último debate televisivo que era NO ROBAMOS NI DEJAMOS ROBAR, y como se llama a esto. Acaso porque son niños es justo que los obliguen a trabajar sin sueldo y con promesas de que mañana todo esto será tuyo, y cuando llega el mañana, ni las gracias le dan, eso es robar a largo plazo. Los niños no saben defenderse por eso abusan de ellos.

PROYECTO DE LEY DEL NIÑO OBLIGADO A TRABAJAR

AUTOR: Ing. José Joaquín Loayza Navarrete
Teléfono: 2280442 Guayaquil Ecuador

EXPOSICION DE MOTIVOS:
Debemos reconocer que a pesar de nuestra Constitución y las Leyes que existen en el Ecuador, hay miles de niños que son obligados a trabajar todos los días por sus padres, madres o personas que los crían, quienes logran acumular bienes y capitales gracias al trabajo de estos niños, así que para estos casos debemos establecer mecanismos de protección automáticos que permitan darle a los niños al llegar a su mayoría de edad la parte proporcional de todo lo que generaron.
Muchos padres dicen a sus hijos, que tienen que aprender a trabajar desde pequeño para ser hombres de bien y responsables, pero el Estado ha establecido programas educativos eficientes proyectados para estos objetivos sin la necesidad de que los niños tengan que trabajar, sin embargo sus padres o criadores insisten en hacerlos trabajar para que adquieran supuestamente mayor responsabilidad. Pues esa responsabilidad aprendida por los niños a la fuerza se traducirá en un beneficio proporcional de todos los bienes de sus padres o criadores.
Los niños no pueden ser privados del derecho de jugar, descansar y estudiar, pero al trabajar no disfrutan de estos beneficios que otros niños si tienen y cuando se vuelven adultos, son los padres o cuidadores los primeros en desconocer todo el trabajo que obligaron a estos niños hacer para obtener todas las casas, acciones y capitales.
Por lo cual se vuelve imperioso establecer un mecanismo legal que otorgue una parte proporcional justa de todos estos bienes a los niños cuando cumplen la mayoría de edad.

Art. 1.- El Estado Ecuatoriano reconoce la posibilidad de que niños y niñas sean obligados a trabajar por sus padres o cuidadores, a pesar de prohibición expresa constitucional, por lo cual el propio Estado declara que estos niños tendrán como pago por los servicios que prestaron en su niñez, la parte proporcional de todos los bienes de sus padres o cuidadores responsables, solo por el hecho de haber sido obligados a trabajar durante su niñez.

Art. 2.- Esta parte proporcional equivaldrá a la división de todos los bienes, dineros en efectivo, cuentas bancarias así como acciones de compañías, para el número de miembros de la familia que incluirán papá, mamá, hijos y el niño que fue obligado a trabajar en su juventud.

Art. 3.- En caso de que los padres hayan conformado una compañía, e intencionalmente hayan entregado todos los bienes a esta compañía de la cual casualmente todos los miembros de la familia sean socios accionistas, el Estado desconocerá la repartición establecida en esta compañía y reorganizará todas las acciones en forma equitativa proporcional incluyendo a los niños que fueron obligados a trabajar.

Art. 4.- Para el cumplimiento de esta disposición se permitirá a los jóvenes ya mayores de edad presentar testigos que demuestren que efectivamente estuvieron trabajando para sus padres o criadores durante su niñez y/o juventud sin necesidad de demostrar que fueron obligados, ya que los padres son los que están obligados a no hacerlos trabajar sino sólo estudiar y desarrollarse física y emocionalmente.

Art.5.- Todo socio adicional que haya participado con capital externo para la compañía que hubiesen establecido, se respetará su parte proporcional y se utilizará para estos cálculos solo las acciones de los padres, criadores e hijos de los mismos como las del niño trabajador.

Art. 6.- En caso de que los padres o criadores hayan contraído deudas, están no se tomarán en cuenta como responsabilidad de los niños que fueron obligados a trabajar, y todos los bienes se dividirán como si la deuda no existiera, corriendo por cuenta sólo de los padres o criadores las deudas a cancelar.

Art. 7.- Estos derechos son irrenunciables por lo que el niño trabajador no podrá rehusar su parte proporcional en acciones de compañías, ni en bienes de capital. La razón es obligar a como de lugar que los niños no tengan que trabajar, sino sólo estudiar y desarrollarse física y emocionalmente.

Art. 8.- En caso de que en la familia de varios niños, sólo uno fue obligado a trabajar, igual la división de bienes se tomará en cuenta a todos los niños como si todos hubieran sido obligados a trabajar. Y la razón es no dejar desamparados al resto de niños en sus derechos de herencia.

Art. 9.- Si los padres o cuidadores están vivos, los bienes que toma el niño trabajador al ser mayor de edad serán exentos de impuestos de todo tipo, ya que no son herencia sino un derecho adquirido fruto de su trabajo.

Art. 10.- En caso de que el padre, madre o los dos padres o los cuidadores fallezcan antes de que el niño cumpla la mayoría de edad, la división de los bienes se hará proporcional si el niño demuestra que tuvo que trabajar por exigencia de sus padres o cuidadores, y estarán exento de impuestos los bienes que le toca por trabajar, pero los que herede de los difuntos deberán pagar los impuestos que la ley determina.

Ing. José Joaquín Loayza Navarrete
Teléfono 2280442 Guayaquil Ecuador
josejloayza@yahoo.es

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