Desde el comienzo del lunghinato y su particular manera de enfocar la "cosa pública" hemos seguido la novela, si la "novela", que han construído los concejales oficialistas en el primer piso del Palacio Municipal. Lamentablemente podemos sacar poco en limpio de sus desempeño y producción legislativa. No solamente han hecho-lo que es legítimo-seguidismo de las propuestas del inquilino del primer piso, sino que han bajado el nivel de la actividad concejalicia al umbral del subsuelo de la política lugareña. Logicamente que han contado con un aporte valioso: la inexistente oposición al gobierno de turno. Una inexistencia que se ha expresado no solo por falta de imaginación y "capacidades conducentes" para el cargo en el que se desempeñan sino por la "anarquía" en que se mueven en la "vidriera" formal, como es el espacio del HCD. No se sabe quien conduce a quien; nadie sabe-dentro del espectro de la oposición-a que estrategía política responden; nadie sabe que hacen ni que dejan de hacer, o que van a hacer en los próximos dias o años de mandato. Una total desmesura política que el justicialismo y aliados pagarán caro en el futuro inmediato, si los dirigentes que surjan de la competencia interna de noviembre, no encaran y toman el toro por las astas para revertir esta anomalía política local.
Pero volvamos al oficialismo, y vemos un cuadro de situación patético; pareciera ser que el único rol que los maestros ciruelas de planta baja le han asignado a sus adlateres del primer piso, es el de contestar- y con pocos destellos de inteligencia- a las críticas que el Concejal Mansilla o Ferrer han articulado en estos últimos tiempos sobre distintos temas de la ciudad.
Se han olvidado- sus maestros- que la agenda y los temas públicos los instala el poder mandante y no la oposición. Todo al reves de lo que sucede en la actualidad, donde se manda a contestar críticas de la oposición y no a instalar los temas de discusión en la opinión pública.
A todo esto le agregamos la percepción de la sociedad que sigue viendo al Honorable Concejo Deliberante, como un lugar inutil y poco edificante para mejorar la institucionalidad de nuestra democracia.
Todo conduce a ser furgón de cola y fundamento de las visiones que sujetos como un tal Roulet-¿es el hermano de la ex-vicegobernadora del radical Armendariz?-dirigente de la Sociedad Rural ha vertido sobre los verdaderos salvadores de la Patria. Lamentablemente hombres y mujeres que nacieron prácticamente con la democracia están tirando por la borda el sacrificio de miles y miles de argentinos sufrieron para tener la posibilidad de vivir en un sistema democrático.
No alcanza con notas simpaticas de la oficina de prensa de la Presidencia del Concejo para revertir la situación, y menos cuando se presentan a los distintos personajes, es decir, concejales oficialistas como lo hace la Revista Caras con los famosos de la farándula porteña.
A las mujeres y hombres de la política se los valora por sus acciones y los hechos que producen no por el perfil fotográfico con que se los quiere "vender" a los lectores de internet o de la gráfica lugareña.
Los argentinos- no solamente los tandilenses-necesitamos que los hombres y mujeres que se dedican a la cosa pública, con tenacidad y vocación, crezcan como dirigentes en el seno de la comunidad; no solo para su desempeño en un cargo estatal sino para mejorar y hacer grande las instituciones que componen la sociedad tandilense. Tanto oficialistas como opositores. Porque la sociedad los necesita a todos por igual. Es parte del crecimiento de la democracia argentina.
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