En la ciudad de Tandil, a los nueve dias de noviembre de dos mil siete se reúnen la conciencia social y la perseverancia de un vecino en mejorar las cosas públicas de la ciudad para crear un instrumento de comunicación personal, entre su humilde humanidad y los pobladores de la comarca, con un solo y único objetivo: el bien común. Que los poderosos y el poder no teman, es la voz de un solitario hombre "famoso para su familia y amigos y un ilustre desconocido para el resto", que no hace nada más que observar, publicar, proponer y como meta ambiciosa: "meterle el bichito de la curiosidad" por las acciones de los hombres que por elección popular o por el sabio dedo del mandamás de turno, administran los fondos públicos que los sufrientes contribuyentes ponemos a disposición del Leviatán local (es decir, la Municipalidad ) para que podamos vivir en una sociedad organizada. Amen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario