domingo, 16 de octubre de 2011

Moyano ¿ Sube o baja ?




Tras las elecciones del próximo domingo Hugo Moyano comenzará a alejarse del Partido Justicialista e iniciaría el armado de un partido político propio que le sirva para materializar las diferencias con el Gobierno que ya no oculta.

La idea de tener el propio sello partidario surgió luego del último cierre de listas por parte de varios de los gremios que lo acompañan en el Consejo Directivo de la CGT. Como en 2009, el sindicalismo otra vez quedó fuera de la discusión final de las listas y estuvo obligado a aceptar los lugares que le cedieron Cristina Kirchner y Carlos Zannini en el punteo final que hicieron en Olivos.

Para evitar ese desaire después de las legislativas de 2009 Moyano lanzó la Corriente Sindical Peronista, un instrumento político de la CGT para pelear cargos dentro del PJ con la amenaza de competir en internas en cada distrito.

Pero el objetivo de unas primarias oficialistas con muchos participantes que promovía Néstor Kirchner quedó en el olvido y Moyano, de relación tirante con la presidenta, prefirió no tensar más la cuerda y en juaceptó la porción que le tocó.

De nada le sirvió ser presidente del Consejo del PJ bonaerense, cargo que heredó el año pasado por la enfermedad de Alberto Balestrini.

Fue ante una nueva desazón por las listas cuando algunos referentes de la conducción cegetista reflotaron el proyecto de tener un partido político propio capaz de presentarse en las elecciones, o integrar el Frente para la Victoria pero con apoderado propio.

Los más entusiasmados con esa idea son Omar Viviani, de los taxistas; y Mario Manrique, de Smata, donde recientemente le dejó su cargo a Ricardo Pignanelli, en un acto que tuvo presencias de Amado Boudou y Débora Giorgi.

El sello tendría un nombre similar al del Partido Laborista y el encargado de ultimar los detalles legales sería el diputado Octavio Argüello, mano derecha del camionero.

Antes de pensar en las próximas elecciones, Moyano debe definir su futuro como secretario general del Consejo Directivo de la CGT, cargo que le vence el año próximo y parece no contar con el apoyo suficiente para renovar.

Sin embargo, el todavía jefe de la CGT no se bajó de ese pelea y, mientras busca revitalizar su imagen con conferencias en universidades privadas, en estos meses aprovechó cada oportunidad que tuvo para marcar sus diferencias con el Gobierno.

No dudó en rechazar la detención del ferroviario Gustavo Sobrero y, esta semana, sostuvo que “se vienen días difíciles para Argentina” y admitió que tiene una relación “dura y fría” con la presidenta.

La distancia quedará reflejada mañana, cuando Moyano celebre el 66 aniversario del 17 de octubre con un acto en el emblemático salón Felipe Vallese de la sede de la CGT, donde no está prevista la visita de funcionarios. Muy distinto a lo ocurrido hace un año, cuando lideró un acto multitudinario en el estadio de River con Néstor y Cristina Kirchner en el palco.

fuente: LPO

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