Sr. Director:
Anoche me puse a reflexionar sobre lo que había visto a mediodía en el centro de la ciudad.
Un sector de la sociedad (no despreciable en cantidad) y arrogándose la exclusividad de la argentinidad, sacó a relucir sus riquezas para
mostrárselas al pobrerío y hacerles ver “lo mal que les va con esta política económica”.
Y mientras veía pasar a los señores en sus confortables camionetas con sus respectivas banderitas y a bocinazo limpio, también vi a un montón de pelotudos que saludaban su paso porque “si al campo le va bien a todos nos va bien”.
Y me puse a pensar en una persona, en solo una. En Amanda Luro. Esa mujer que todos los días incondicionalmente relega su vida personal para darle de comer a cientos de chicos que no tienen nada de nada. Una mujer, entre unas cuantas, que trabaja por los que no tienen nada, por los que se han caído del mapa.
Y entonces pensé: ¿Como hace Amanda para explicarles a esos pibes, mientras les sirve tal vez su única comida diaria, que esa gente que con toda obscenidad pasea sus camionetas 4x4 de 100.000 pesos para arriba y con una banderita argentina, la está pasando mal?
¿Cómo hace?No hallé la respuesta. No puedo tenerla.
Y eso me puso mal.
A estos muchachos que tal vez hoy hayan llenado su estómago con un plato de sopa caliente deberíamos explicarles lo mal que deben sentirse esos señores a los que el gobierno les aplica retenciones a las exportaciones, hacerles entender que, después de todo no es tan malo ir a un comedor popular si lo comparamos con lo que debe ser “perder rentabilidad agropecuaria”.
Ojalá algún día veamos una patria más justa. Una patria para todos y no para unos pocos. Ojalá. Pero así es muy difícil.
Anoche mientras estaba en la cama y pensaba esas cosas se me cayó una lágrima.
Pero eso………a quién le importa.
Marcelo Gilabert
gilabertma@ciudad.com.ar
(Fuente: La Tandilura )
1 comentario:
Excelentes las cartas!.
No hay que agregar mucho más!.
Publicar un comentario