Nota: El Observador que píspea la realidad tandilense desde su atalaya del morisco del Parque Independencia, reproduce una divertida nota del paisano Elías El Hage, sobre el genio y figura del agropiquetero-hasta ayer PRO, hoy Lunghista- Moreno Huevo. Resaltamos en negrita una aseveración del escribidor del intendente sobre el perfil del Portal: no le creemos...que vachache...
Acá va la nota:
(Por E.E.H) La asociación entre el lenguaje y el humor produjo, desde siempre, un estilo inquietante y temido: la sátira. El neologismo es una de sus herramientas más poderosas, pero el narrador sabe que al usarla perderá amigos y sumará enemigos, debiendo asumir desde muy temprano que ese estilo de escritura se parece mucho al trabajo del equilibrista que transita por la cuerda más alta del circo. Porque de eso se trata este oficio: de narrar el circo con la pulsión de la sátira, tales los casos del productor agropecuario Alejandro Moreno Hueyo y la flamante legisladora Victoria Donda.
La fotografía que ilustra este artículo no merecería –si no fuera porque vivimos en el hábitat literario del Absurdo Mágico Serrano- ningún epígrafe. Sobran las palabras. El 10 de diciembre de 2009 el productor rural y referente del agropiquete tandilero, Moreno Hueyo, decidió ir a celebrar el triunfo político del campo sobre el gobierno nacional –con el juramento a concejal de su colega Claudio Ersinger- portando una bandera en donde se podía leer la leyenda:"Productores Autoconvocados Tandil". El detalle sería solamente una muestra de mal gusto estético si no fuera porque Moreno Hueyo decidió cubrir la hermosa escultura del hall del Palacio Municipal con la citada bandera. Un acto desmesurado que se deslizó del mal gusto al grotesco de la ignorancia atropelladora. Desde ese día, aquella “huevada” del Biolcatti serrano (así suelen llamarlo por su tendencia de derecha extrema), transformó su doble apellido en el neologismo Moreno Huevo. Lo que no imaginábamos por entonces era que nuestro personaje, por decisión del Secretario de Desarrollo Local, Pedro Espondaburu, habría de convertirse en un nuevo funcionario que reportará como nexo de esa área de gobierno con el campo. De inmediato, entonces, el apellido Espondaburu giró, legítimamente, hacia el imprescindible Espondaburro, en razón a la etimología que una decisión política de ese tenor puede tener en un gobierno que muchas veces se proclamó como progresista y popular.
Como era de prever, ambos neologismos son severamente resistidos. Y no falta quien, (habida cuenta que el Director de este Portal tiene una posición política tomada y refrendada en sus dichos y actos), observa un imperdonable acto de libertinaje inorgánico e incorrecto. Tal aseveración es fácilmente refutable desde la sustancia del humor: no hay humor inocente ni hay humor complaciente y, mucho menos, hay humor obsecuente. Sobre todo porque de acuerdo al silogismo de Juan Domingo Perón, todo lo que ocurre deviene de una ley física, por decirlo así: a cada acción le corresponde su reacción. Y además convendría aclarar que este Portal no es un sitio oficialista (ni mucho menos radical), sino, apenas, las modestas hojas de un diario privado que se hace público todos los días, con la irreverencia de quien escribe sin traicionar ni sus ideas ni sus afectos. Ergo: no traicionar las ideas es decirle a un gobierno que defendemos como una construcción democrática desde sus matices, que la incorporación de Moreno Huevo no va en línea con el corpus ideológico de lo progresista y lo popular.
Ahora vamos por lo obvio. ¿Qué podía esperar el ex agropiquetero vernáculo Moreno Huevo después de haber utilizado la bandera con que desabasteció de carne a su propia ciudad durante los álgidos días de la 125 para cubrir insólitamente la escultura del Palacio en medio del acto de asunción de las autoridades?
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