sábado, 27 de febrero de 2010

Pinamar: La encrucijada de Daniel Scioli

En la editorial que semana a semana nos brinda el Portal InfoCielo, se informa sobre los avatares en La Plata, del único comicio en el territorio bonaerense durante 2010, en la balnearia Pinamar.

Nos gustaría agregar algún datito esclarecedor: Que haya ganado el peronismo en Pinamar con Porreti, no indica que ese distrito haya modificado su naturaleza esquiva al Justicialismo; solamente expresa un cansancio con una gestión de gobierno y la única alternativa, con un candidato "bosta de paloma" la presentaba el peronismo local.

La localidad de Pinamar tiene una masa de votantes que viven fuera de ella, pero tienen su domicilio en la ciudad; esto no es casual, tiene una explicación: los sectores medios altos y altos dueños de gran parte de las propiedades del bosque y zona de la Avda principal, no quieren dejar en manos extrañas el manejo de la comuna pinamarense.

Pareciera que en La Plata no entendieron o no les interesa esta realidad política social y económica de Pinamar; en sus internas de dinosaurios están matando el chiquitaje del entorno(esta elección del 28 de marzo es insignificante cuantitativamente en la gran política provincial)y es Daniel Scioli quien vió está cuestión y apoyó a Altieri.

Los demás, parece que por ganar una pulseada en sus peleas platense, no les interesa jugar de perdedores en Pinamar. Y eso va a pasar. ¿ qué alguién me avise si me equivoco ? Chau

Adunamos editorial de INFOCIELO:


La semana que termina reeditó otra de las pulseadas veraniegas, y reavivó –esta vez- la existencia del Senado, acallado en los últimos dias en medio del verdadero maremoto que provocaron sus pares de Diputados tras al mitín de Pinamar. Cerca de Balestrini, en la Cámara Alta, terminaron de cocinar –literalmente- la candidatura de Roberto Porretti, aunque la semana arrancó con fuerte gesto de respaldo hacia la postulación del destituído intendente pinamarense.

La Justicia le puso un cepo a sus aspiraciones al ‘candidato del PJ’, y empezó a ganar fuerza la creencia de que aquel apoyo, finalmente, podría haber formado parte de una estrategia del matancero mucho más amplia, de la que su oficialización como representante “del partido” haya sido la ejecución de la primera fase del plan que terminó con él –y su buena imagen- afuera de la candidatura, pero jugando fuerte adentro del PJ. Una ingeniosa forma de Balestrini de entregarlo, aunque sin perderlo ni asumir con su corrimiento una derrota.

Temerosos, en Gobernación evitaron leer la decisión de bajarse de Roberto Porreti como un triunfo del Ejecutivo y optaron –antes bien- por disfrutarlo como una derrota de Balestrini que se había empeñado durante el verano en sostenerlo. Una cuestión de enfoque que encierra una diferencia nada sutil: venderlo como un “victoria de Scioli” sobre el vicegobernador cuando la causa de la dimisión de Porreti fue, al fin y al cabo, una resolución de un Tribunal en su contra, podría traer aparejada una conclusión algo incómoda para calle 6: la aceptación –implícita- de que el Ejecutivo presionó a la Justicia para sacárselo de encima.

La coronación de Rosana Di Pascuale como la candidata muleto del Justicialismo a la que en el Senado llamaron, insistentes, “la candidata de Balestrini”, dejó sin argumentos al Gobernador y su vocero electoralista, Alberto Pérez, para quitarle respaldo a la candidata oficial del “Frente Justicialista para la Victoria”, la sigla que contiene a la histórica Lista 2 del PJ, detrás del aliancista 1501.

“Si la explicación de Scioli –que regó Pérez- es que no podían apoyar la candidatura de Porretiporque la Ley le impide ser candidato para completar su propio mandato; que es lo que puede sostener, ahora, su apoyo a Blas Altieri, sobre todo si eso significa darle la espalda a la candidata oficial de su propio Partido”, razonaban en el oficialismo. La batalla que alumbró una suerte de resurrección del sciolismo con la dimisión de Porretti, amenaza ahora transformarse en una encerrona al gobernador, a quien lo expone a una brava encrucijada de la que no tiene mucha salida: ¿Puede el titular del PJ Nacional apoyar en un distrito, que encima está dentro de los límites de su propia provincia, a un candidato que compita contra el representante de ‘su’ partido?

Sólo la interna platense unificó a Daniel Scioli y a Alberto Balestrini en la semana que termina, anfitriones ambos del regreso del ex presidente Néstor Kirchner luego de la operación de carótida, en un Club Atenas atestado de dirigentes que se acercaron para ver (aunque también hubo quienes llegaron para dejarse ver) el paso fundacional del armado que sueña desbancar a Pablo Bruera del Municipio dentro de 2 años.

Pero esa es otra historia, que recién comienza y merece un detallado capítulo aparte. Como para no cansar al lector con tanta pelea. Después de todo, la primer batalla Atenas-Ferro resultó ser bastante aburrida. Una paliza, digamos. Más vale que la cuente Principi. ¿No?.

Redacción A.A.

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