martes, 9 de febrero de 2010

Bossio y... ( El Observador se lo maliciaba )


Pelea serrana
Mauricio Macri y Francisco de Narváez saben que se necesitan mutuamente. Pero el acercamiento de las elecciones genera recelos entre ellos. Y con el correr de los días, cada uno por su lado también acumula problemas. Gustavo Ferrari, mano derecha de De Narváez, acercó al equipo de campaña a Emilio Monzó. Pero, víctima de la interna, todo lo que Monzó construye es destruido por Gustavo Ferri, yerno de Eduardo Duhalde. Mientras tanto, De Narváez mide bien en las encuestas, hace equilibrio y les baja el tono a las internas. El armado provincial, por si fuera poco, saca chispas. Y Tandil, la cuna de Macri, es el epicentro. El martillero Osvaldo Terni dice tener el visto bueno de Mauricio para ordenar “los tantos” en su ciudad. Pero el macrismo no logra hacer pie en el lugar. Como si fuera poco, Diego Bossio (de la ANSES y también tandilense) quiere terciar en la política local y se llevó varios avezados dirigentes locales a Buenos Aires para, desde allí, incidir vía subsidios en la gestión. Ante tanta dispersión, el intendente radical Miguel Lunghi estaba de parabienes. Sin embargo, alguien le acercó al Colorado una carta mágica: Patricio Fernández, titular de la cámara empresaria de Tandil. Ex aliado de Lunghi, este ingeniero de 52 años tiene gran predicamento en la ciudad. Hijo de un empresario radical, tiene la casa de materiales eléctricos más vieja de la zona. Casado con la hija de un militar con actuación durante los años de la dictadura pero sin causas a la vista, Fernández ya recibió las primeras y tímidas ofertas.(fuente: acá)

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