Nota del blogger: reproducimos el panorama provincial de Agencia Nova. Como siempre es interesante ver la óptica política de la gente de Nova para analizar la situación del gobierno provincial. Desde Tandil, seguimo de cerca, lo que los Portales platenses nos dicen; pero notamos que les falta un poquito de profundidad en el devenir de la gestión del Sciolismo. No ven o no quieren ver cierta "derechización" en las actitudes y el "manipuleo" de las políticas provinciales. Esto se ve claro en el sector educativo; donde se viene desbarrancando hacia posiciones "autoritarias" en las lineas de gestión que se bajan a las Escuelas. ¡Ojo!. El que quiera ver que vea; los daños son irreparables para cuando se "apiolen" los funcionarios que viven y trabajan en los meandros de la Administración Central en la ciudad de las diagonales.
Tras la última reunión con Cristina Kirchner, Daniel Scioli ratificó que tendrá una situación de debilidad y de máxima necesidad de ser incondicional hacia la Casa Rosada. No tendrá que simularlo, sino sentirlo, porque depende de ello la supervivencia en un panorama difícil en lo político.
Una importante definición recibió respecto de las autoridades legislativas. De los pensamientos en voz alta de Cristina sólo quedó en pie un medio aliado que esHoracio González para la presidencia de la Cámara de Diputados. Su incondicional colaborador Martín Ferré, reelecto legislador deberá ver todo desde el recinto al resignar nuevamente la posibilidad de una vicepresidencia. El joven camporista José Ottavis ocupará el lugar con el que viene soñando desde hace tiempo el aún ministro de Producción.
Otro desplante, si se quiere, es la reducción política del electo senador Baldomero Alvarez a la mínima expresión. Por un supuesto acuerdo, el ex intendente de Avellaneda no venía a ser uno más para la foto, sino que se acomodaba el traje de vicepresidente, cargo que implica ser el tercero en la línea de sucesión. Es un aliado de Scioli que también quedará afuera del reparto.
Fue todo un claro y neto ejercicio hegemónico de Cristina hacia Scioli. Los votos son del proyecto nacional (de ella) y de nadie más. Con ese capital político sólo ella administra premios y castigos.
Con ese poder, Cristina sorteó un estado deliberativo donde a sus más firmes seguidores no les hubiera ido nada bien. La agrupación “La Cámpora” no tenía por sí misma los votos necesarios para poder conquistar ese poder que tendrán desde el diez de diciembre. Jugó Cristina y eso dio por tierra con otros parámetros políticos de elección.
Con Cristina juegan los votos, pero también una situación de debilidad financiera que posee la Provincia y que transmite que Scioli no puede construir poder por sí mismo para imponerse como alternativa nacional. Podrá competir por algo más cuando Cristina decida retirarse de la arena política, Eso sí, siempre y cuando no haya reforma Constitucional. La famosa maldición de los gobernadores bonaerenses parece que se va actualizando.
Lo cierto es que, en la cuenta regresiva hacia una nueva etapa, el gobernador Daniel Scioli suma alguna preocupación que no es menor. El tema financiero, tras el gran festejo electoral, pasa a constituirse en un reiterado eje central de su segundo mandato. Esto, en medio de presiones salariales, del contexto de la crisis económica internacional y en el marco de una relación con el gobierno nacional que no siempre ha escuchado sus demandas.
Hablar de expansión de la inversión pública para el 2012 ya forma parte de la antología de la literatura fantástica. Será un año por demás dificultoso donde habrá que agradecer ya no una gestión con notables innovaciones, sino aquella que permita cumplir mínimamente con los servicios que brinda el Estado.
En buen romance, es posible que se inauguren menos obras y haya dedicación a completar las pendientes. Es posible que se inauguren menos escuelas, pero asegurando que se brinden las mínimas condiciones de servicios en los establecimientos existentes.
El drama no trasciende de una interpretación de algún iluminado que empezó a atar cabos. Ya hay funcionarios provinciales que en la intimidad señalan que el pago de sueldos pasa a ser una cuestión de estado. “Este mes se podrán pagar los salarios, el mes que viene aún no se sabe”, han deslizado entre íntimos.
El aguinaldo, que parece tan cercano en el calendario, aparece un tanto lejano en la concreción. No obstante, con técnicos tan entrenados en vicisitudes coyunturales, siempre hay posibilidad de reordenar partidas para cumplir con los mínimos requisitos de paz social.
El difícil cuadro a futuro ya no proviene de gente del oficialismo. Hay quienes, desde la oposición, están dispuestos a no hacer de esto un escándalo para evitar que se provoque cierto pánico social, sobre todo entre trabajadores y proveedores de servicios básicos.
El año 2012, además de su fama por la profecía azteca de “cambio” del mundo, traerá aparejado para la Provincia una serie de ineludibles vencimientos de deuda. Esto se agrega a un difícil cumplimiento de mínmo gasto de funcionamiento del Estado.
En tanto, la recaudación local es importante, pero no llega a calmar las aguas. Y la coparticipación impositiva, en estos niveles también sigue siendo una mala noticia, dado que resulta un aporte por demás insuficiente.
Agreguemos a esto que la posibilidad de contraer crédito en el exterior registra una tasa tan alta que excluye todo atractivo para avanzar en lo que sería una verdadera aventura riesgos.
Por el momento el objetivo central apunta a que Nación, que pese a la fuga de capitales, aun goza de la lluvia de ingresos por exportaciones, conceda a la provincia de Buenos Aires y a los demás estados una mayor flexibilidad en la asistencia financiera.
Debiera pasar, entienden los economistas, por un inmediato incremento de la coparticipación primaria. Esto es el incremento de la masa coparticipable. Esto permitiría descomprimir la situación social de las Provincias. Pero también del debate de la coparticipación secundaria, aquel por el cual se cuentan los “porotos” o puntos de coparticipación que le corresponde a cada Estado.
En el oficialismo y en la opsoción remarcan que bajo ningún concepto hay una situación que haga pensar en el 2001. Pero admiten abiertamente que las luces amarillas de alerta ya están encendidas.
La primera prueba será la de dar una respuesta a los distintos reclamos salariales, empezando por los docentes. Otros sectores ya están haciendo fila frente a la sede del ministerio de Economía y de la Gobernación.
El período de la previa a la asunción de Daniel Scioli, promete una serie de sinsabores provocado por la presiones sociales y económicas frente a un Estado al cual se le reclaman respuestas que, por el momento, aparecen como de difícil cumplimiento.
fuente: agencia nova
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