A manera de piloto de tormentas, el gobernador Daniel Scioli intenta esquivar los nubarrones que le presenta el caso "Candela", una investigación que por más detenciones que produzca, no reduce la sensación de impunidad que parece imponer el sistema de medios hegemónicos.
En el caso de la pequeña secuestrada y asesinada en Morón aparecen carpinteros, fleteros, presuntos narcos y difícilmente se tiene claridad en cuanto al móvil.
Ahora, como todo se va centrando en la investigación de los fiscales, el Ejecutivo provincial parece satisfecho mostrando su preocupación y apoyó a quienes tienen la verdadera responsabilidad del esclarecimiento.
Dio una mayor cuota de oxígeno el hecho de haberse dado con el presunto autor de una llamada extorsiva que tuvo una curiosa y extrema difusión durante la jornada del macabro hallazgo del cuerpo sin vida de Candela. La extorsión, suponen en el sciolismo, aleja la especulación pública sobre la sensación de inseguridad.
Asimismo, Scioli cree en la compensación que se alimenta a través de presionar con fuerza sobre hechos esclarecidos como operativos antinarcotráfico como si estas noticias tuvieran relación proporcional con el esclarecimiento del caso de la pequeña que conmueve al país.
Además de la inseguridad, los problemas en el patio de casa vuelven a golpear con fuerza, como es la cuestión salarial de los docentes y empleados públicos.
El gobierno bonaerense debió finalmente hacer una concesión y reabrir las paritarias, aunque sin incluir en la agenda la discusión salarial.
Todos saben que cuando hay una concesión, la sensación es que habrá nuevas concesiones. Pero el oficialismo bonaerense cree que, de esta manera ganará tiempo para llegar con una imagen fortalecida a octubre.
Las distintas organizaciones gremiales de la educación manifestaron que hay un atraso importante en las últimas escalas correspondientes a docentes sin antigüedad. Algún estudio que anda circulando por allí señala que el atraso es tal que están cobrando menos que los auxiliares docentes de distintas universidades.
Los gremios seguirán presionando por una cuestión de aprovechar que es justamente en campaña electoral cuando los gobiernos quieren cerrar los conflictos. Además entienden que, a partir de las excelentes recaudaciones de este año, hay un superavit operativo interesante como para realizar una oferta concreta de aquí a fin de año.
Aún no se sabe si la reapertura de la agenda salarial será inmediata. Lo cierto es que hay cierta prudencia o ciertos conflictos de identidad política en algunos gremios.
Según trascendió de fuentes muy confiables, el Suteba prefiere, por una cuestión de vínculos afectivos con el kirchnerismo, realizar medidas de fuerza recién cuando concluyan los comicios de octubre.
El sciolismo soportará estoicamente todo tipo de presiones. Lo hacen en función de la propia preservación de su imagen, pero también en defensa de la imagen deCristina Fernández de Kirchner.
En el gobierno bonaerense, esperarán una virtual reunión de la Paritaria Nacional Docente, que aún no ha sido anunciada, para obtener una nueva pauta o referencia.
Mientras tanto, el sciolismo quedará en vidriera ante la gran opinión pública,
demostrando una vez más si tiene o no cintura política como para sortear los conflictos sociales que se avecinan (fuente: agencia nova)
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