EN CORONEL BAIGORRIA UN PUEBLO CHICO DEL SUR DE LA PROVINCIA DE CORDOBA CERCA DE RIO CUARTO
Un ejemplo de doctrina, conducta y acción.
Una de tantas historias que se repiten a lo largo y ancho de nuestro país. Una familia que no cuenta con los medios suficientes para la vivienda propia, vive de manera honrosa pero humilde en un tanque de agua de los que tradicionalmente servían para conservar el vital elemento en algunos pueblos y ciudades.
Las elecciones se acercan y un candidato a intendente, Walter Perrone, al enterarse de la situación por la que pasaba esta familia de su pueblo Coronel Baigorria, incluye como plataforma electoral la construcción de una vivienda digna en el caso de ganar.Las elecciones pasan, pero la promesa electoral, aún en la elección no ganada, se transformó en un imperativo. Y de lo prometido, rápidamente se pasó a la acción, que comprendía desde la obtención de fondos, materiales, mano de obra, asesoramiento. Todo lo necesario para atender esa necesidad que no entiende de promesas electorales. Poco a poco con esfuerzo y trabajo conjunto, candidato, militancia y beneficiarios resultó la ecuación, que acerca a las familias al sueño de la casa propia.Lo que comenzó como promesa, pasó a una acción directa con un resultado cierto.Pero la necesidad de vivienda no era algo particular a esta familia. Decenas de familias con escasos ingresos, y con imposibilidad manifiesta de participar de restrictivos planes de vivienda oficial, créditos hipotecarios y distintos planes de vivienda, necesitaban de una acción que les permitiese acceder al tan lejano techo propio. La empresa era colosal, pasar de la construcción de una vivienda familiar, a tratar de colaborar directamente con una necesidad, que un estado ausente no atiende. Sin los instrumentos que puede tener un estado, la realización, por momentos se tornaba casi inalcanzable.Pero las ganas de ayudar, de cumplir con un compromiso social, que es el que asume un político con la sociedad que quiere representar, resultó ser el motor impulsor para la realización del sueño de sectores sociales postergados. La magnitud variaba, las decisiones también. Una campaña decidida para juntar fondos apuntaban a una dirección, la compra de una fábrica productora de bloques de cemento.El desarrollo de un plan sustentable en el transcurso del tiempo, con la venta de bloques de cemento, para obtener recursos para la adquisición de los demás elementos de construcción necesarios para las viviendas. Lo que se convirtió en uno de los principales pilares del plan.La participación de los interesados en la construcción de la vivienda, constituye un gran aporte. Hombres y mujeres, que realizan trabajos que no tienen ninguna relación con la construcción, ponen toda la predisposición para obtener su casa. No lo hacen solos, además de los materiales, cuentan con el asesoramiento voluntario de tres albañiles, que hacen las veces de docentes de la construcción, correctores, colaboradores. Las viviendas se construyen sobre terrenos propios en el caso en el que lo posean, o en muchos de los casos en el mismo terreno donde tienen la casa de los padres.De aquella primera casa para la familia del tanque de agua, se pasó a la construcción de cerca de diecinueve viviendas para familias que en la actualidad están, ellos mismos, trabajando y construyendo esperanza.De plataforma electoral, a realidad palpable. Una vez más se demuestra que la política es la herramienta de transformación social por excelencia. Que el compromiso social en nuestro país no está supeditado a ganar una elección, o que ocurra una catástrofe natural para que la sociedad demuestre su solidaridad.Una vez más como radicales, cumplimos con una de las máximas pronunciadas por Moisés Lebensohn: “Doctrina para que nos entiendan, conducta para que nos crean”.
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