sábado, 26 de febrero de 2011

Peronismo Tandilense: ¿ Qué te pasa, hermano ?

De aquellos polvos vienen estos lodos


Señor Director:
Casi ocho años de gestión municipal por parte de la Unión Cívica Radical parecen haber anestesiado al peronismo local, sumido desde tiempo antes en una prolongada confusión, sostenida interesadamente por quienes ven en el quehacer político sólo una oportunidad para mantener su statu quo.
Parece incomprensible para aquellos que estamos convencidos de que el proyecto nacional y popular que se encarna desde la presidencia de la Nación, no movilice lo suficiente a los dirigentes políticos locales; pero más incomprensible resulta ser que ante la inclaudicable definición que significa adoptar el proyecto nacional, se muestren tibios y hasta dubitativos al momento de definir las políticas electorales.
No digo esto desde un lugar de ingenuidad política, pues sabemos bien que en determinados estamentos, donde se discute el poder poco importan las izquierdas y las derechas, el socialismo y el capitalismo, o el peronismo y el radicalismo. Muy por el contrario, sabiendo ello, y desde una posición pragmática hoy no caben las especulaciones, ni tampoco las medias tintas. Lo que está en juego no es el espacio político de tal o cual dirigente, ni el tentador escenario que implica la obtención de un circunstancial cargo político; por ello la desazón es aún mayor.
Lo que está en juego es la materialización de un proyecto que necesita consolidarse en el futuro, un proyecto que se supo transformador desde el inicio y que se erigió como un instrumento capaz de despertar en el pueblo la esperanza de que una Argentina con inclusión social es posible, donde los derechos sociales dejen de proclamarse para hacerse efectivos, y donde la juventud, como nunca antes, desde la triste y oscura indignidad que nos sometió la dictadura militar, se ha visto seducida para ser protagonistas de un cambio, y luchan por ello.
Soy peronista, y me gusta serlo. No puedo ser otra cosa. Me gusta reconocerme en los postulados clásicos del peronismo, cuando la alternativa era el ser nacional o el coloniaje; me gusta pensar que hoy vivimos un tiempo histórico similar a aquel proceso de transformación que encarnó Perón; me gusta pensar que el peronismo no olvida las bases sociales que lo construyeron, lo movilizaron y lo mantuvieron vivo, aún en la proscripción. Deseo pensar que el peronismo todavía es una alternativa viable para un Tandil que necesita despertarse de un proyecto soñado para convertirse en un Tandil planificado. Deseo pensar que los movimientos sociales y populares serán los que definirán finalmente a sus mejores candidatos, y no las aisladas y anquilosadas estructuras, que a veces parecen no darse cuenta que el ejercicio de la función política es en realidad una carga pública y no una graciosa concesión.
Por ello, porque los males de hoy no son sino los que nos aquejan desde ayer, les pido, les ruego a nuestros dirigentes que descuiden sus intereses personales, que enaltezcan la función que se les concedió, porque la razón de su existencia -como funcionarios- no reside en ellos, sino en el pueblo, que se comprometan sin tibiezas con el proyecto nacional, y fundamentalmente que escuchen a sus bases y sin temor ni vergüenza alguna, alcen su voz y griten: ¡el peronismo unido jamás será vencido!
Quizás así, el menos quedemos a mano con nuestra conciencia.
Diego Araujo

Carta publicada en El Eco Digital

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